San Fernando de Apure
El
periodista Daniel Muñoz Arias fue retenido por la Guardia Nacional Bolivariana junto
a dos colegas durante cuatro horas en Puerto Páez municipio Pedro Camejo estado
Apure, por hacer un reportaje en dicha población fronteriza con el departamento de Vichada. El equipo de
prensa fue hostigado tras ser interceptado mientras realizaban su trabajo,
tratando de explicar la situación económica del país.
Fueron
angustiosas horas en una sala de interrogatorios. Los señalaban de espías y
traidores. Ellos buscaban dejar constancia cuánto se compra con 50 mil pesos en
Venezuela, es decir 4 mil bolívares. Evidenciaron que mucho, pese a que en el
vecino país esa cantidad es insignificante.
“Fue
un episodio de terror, quizás el que más me ha afectado en los 18 años que he
trabajado como periodista (…) lo que nunca imaginé era que hacer mercado iba a
ser el pasaporte a una sesión de angustia y terror. Hoy no sé si haber grabado
con la cámara sin esconder nada fue un pecado… o mi salvación”, relató el
comunicador.
Muñoz
Arias, quien trabaja para la agencia RPTV y el programa Testigo Directo de Cable
Noticias, (canal sacado de la parrilla de televisión por suscripción tras su
adquisición por el periodista venezolano Alberto Federico Ravell), y Caracol
Internacional, confesó que “pensaba en historias de torturas y desapariciones,
cuando llegó el teniente a cargo en la región (…) Mi cerebro solo molía ideas
pesimistas. Tienen todo para desaparecernos tranquilamente. ¿Quién les dice que
no?”.
Los
periodistas recibieron tratos denigrantes. Los hicieron desnudar y les
voltearon todo. Muñoz solo oraba a Dios y recordaba las palabras de su madre
que decía “cuando te sientas en peligro, pronuncia esta oración: Sangre de Cristo,
cúbreme con tu presencia”. Aunque no firmó nada desconoce en qué estatus
jurídicos quedó como ciudadano, tema que espera se lo aclare la cancillería.
“Nunca
pensé que portar un carnet de prensa era un tiquete directo para ser enemigo
del chavismo ni que 50.000 devaluados pesos colombianos quizás me hubieran
costado la vida, mi libertad o hasta un problema binacional, todo por querer
mostrar –como periodista– una realidad que se vive a diario en este lado de la
Colombia olvidada”. Todo terminó cuando los amenazaron con la frase “se pueden
ir. Pero si regresan a Venezuela a hacer lo mismo, la van a pasar mal”.
Similar situación se presenta en Ureña y San Antonio del Táchira recurrentemente.
Similar situación se presenta en Ureña y San Antonio del Táchira recurrentemente.
DATO
Con
el cambio de 50.000 pesos a bolívares alcanza para comprar de todo –carne,
pollo, verduras, enlatados, víveres–, de procedencia venezolana, a precios
increíbles para cualquier colombiano. Cuando cambió el billete de $50.000 equivalió a Bs.4.000 (cuatro millones antes de la denominación de bolívar fuerte).
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