Miguel Cardoza
@MiguelCardoza
San Fernando de Apure
La
escasez es una realidad en diferentes sectores de la vida nacional. Comprar
cemento se ha convertido en un dolor de cabeza no sólo para los empresarios y
comerciantes que trabajan con el ramo ferretero o dueños de locales en
construcción, sino para el ciudadano común que hasta para comprar un saco debe
hacer colas de varias horas.
Un
calvario nada más que para tapar una gotera en su casa o cualquier reparación
menor. Cuando se encuentra este material en el mercado negro, (porque en los pocos
expendios privados no llega y en los públicos son enormes filas y no se
garantiza la venta), oscila entre 200 y 300 bolívares nada accesible por muy
poca que sea la compra que se vaya a realizar.
Pero
sumado a que los establecimientos que expenden cemento no son surtidos con
regularidad, como antes, se suma la enorme burocracia que agota y algunas veces
impide que hasta un humilde habitante de un sector popular pueda mejorar el
piso de su vivienda, sino cumple con complicados requisitos ante la alcaldía,
además de tener que pedir permiso hasta la Cámara Municipal.
Desde
la municipalidad se nos informó que aunque han solicitado suspender esta medida
se han negado. Esta semana exigirán nuevamente que se suspendan estos trámites
que limitan la decisión de compra de la colectividad.
Hasta
ahora la situación se mantiene y el burocratismo es evidente. Ejemplo: usted va
a comprar 10 sacos de cemento para adecuar un piso, debe hacer una solicitud a
través de la cámara, luego es enviado a la comisión de Ejido esta instancia
estudia la viabilidad de la solicitud de permiso para comprar, visitan al
solicitante para constatar que requiere la cantidad que detalló en el permiso y
luego se aprueba en cámara. Pero no todo termina allí, luego le corresponde al
ciudadano llevar los requisitos como documentos de la casa, actualizarlos y
pagar impuestos. Toda una odisea para realizar una compra que en otros lares se
alarman al enterarse.
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