San Fernando de Apure
La presencia de soldados estadounidenses en las bases militares colombianas, que según dicen sus jefes (gobierno colombiano), forma parte de la cooperación de EE.UU contra el narcotráfico han tomado importancia regional, aunque ya en menor dimensión, luego de la cumbre de UNASUR realizada el pasado 28 de Agosto en Bariloche, Argentina.
Dicha reunión, fue provocada por el tema al inicio expuesto, donde no se condenó la decisión de Colombia, no obstante les quedó claro el rechazo a cualquier intento de intervención en otros países.
La asamblea televisada dejó evidencia, de los desencuentros entre distintos mandatarios, y aún más claro quedó que las posiciones más radicales siguen siendo las de Venezuela, Ecuador y Bolivia, quienes (sin ser analistas lo tenemos claro), sus posiciones buscaban condenar absolutamente la presencia militar norteamericana en el país vecino.
Aunque Correa por su condición de presidente pro - tempore del organismo multiestatal esta vez no se exaltó como en otras ocasiones.
No se puede hablar de victoria colombiana, pero, considero, quedó relativamente favorecida porque en fin no se condenó la asesoría militar extranjera, lo cual buscaba Uribe. En lo que respecta a comprometerse a no violar la soberanía de las naciones vecinas, el gobierno neogranadino siempre ha hecho énfasis en que la colaboración estrictamente será dentro de su territorio, lo cual de ser cierto, no le afecta en nada a su postura.
Hay cosas más importantes
Estoy seguro que la maroría de los venezolanos no están contundentemente apoyando ninguna tendencia, ni la pro-colombiana, ni la pro-venezolana, simplemente porque tienen otras grandes problemáticas, y obviamente exigen se les solucionen antes de dedicar espacios a temas internacionales.
Sin embargo, por encima de las carencias que hay en nuestro país, tomamos tiempo para analizar temas como este, ya que están en el tapete.
En mi criterio particular no recurro a beneficiar en razón al gobierno de Alvaro Uribe, sólo que al hacer un previo análisis de las conductas del gobierno nuestro, (el más ferreo oponente a la cooperación EE.UU - Colombia), es decir, ver fantasma y generar polémicas para obviar otros problemas, le resto credibilidad a las acusaciones de supuestas intervenciones posteriores a la llegada de militares extranjeros a las bases. Aclaro, sí sería grave y de rechazar contundentemente cualquier intento de acción extraterritorial, aspecto energicamente negado por Colombia, además las bases ya están establecidas y operarán dentro de su soberano territorio, es de agregar la posición opuesta que asumiría el continente frente a cualquier proceder de los militares contra cualquier nación hermana.
Frente al caso la mayoría de los países han mostrado una visión imparcial de la situación, esto, comfirmado por lo estipulado en le documento final de la reunión, que firmaron todos los mandatarios, (a excepción de Tabaré Vásquez de Uruguay y Alan García de Perú quienes ya habían salido de la reunión), que rechaza categoricamente cualquier intención de violar el territorio de cualquier país, y deja a Colombia actuar soberanamente en este asunto; eso sí firmando el compromiso de no intromisión.
En fín se logró lo que el continente deseaba: Una solución firme, pero consensuada entre las distintas naciones, además dejar a Colombia actuar en su pleno derecho, claro, sólo dentro de su territorio.
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