San Fernando de Apure
Un día para la
historia de Colombia y sus vecinos afectados, en algunas zonas, por esa violencia.
Este 23 de junio, con un icónico apretón de manos el Presidente Juan Manuel
Santos y el líder de la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de
Colombia, Rodrigo Londoño Echeverri, alias Timochenko, firmaron el acuerdo para
el fin del conflicto.
Pese a lo
positivo del pacto es solo con las Farc, aunque frente a ello el mandatario
neogranadino reconoció que siguen en las armas el ELN y las bacrim, no
obstante, “la paz se logró con la guerrilla más grande”.
Uno de los temas
más polémicos era el cese al fuego bilateral y fue uno de los tres puntos
sellados el jueves, al igual que la seguridad para los desmovilizados, ya que conocen
el desprecio hacia los milicianos y podrían estar riesgos, además de aceptar el
plebiscito como mecanismo de consulta para que voten sobre lo pactado en La
Habana.
Fue el comunicado
número 70 leído conjuntamente. La guerrilla se comprometió a entregar
escalonadamente todas sus armas a la ONU, a los 3 meses el primer 30%, transcurridos
120 días 30% más y en 6 meses el 40% restante. Los instrumentos bélicos serán
usados para construir tres monumentos, de los cuáles se desconoce en honor a
quien serán y dónde estarán ubicados.
Foto: Ernesto Mastrascusa / EFE |
La frase del jefe
subversivo más destacada fue de firmeza, pero no de triunfalismo. "Ni FARC
ni Estado son fuerzas vencidas", una especie de consuelo para sus
compañeros, reconocimiento que también significa una esperanza para la
ciudadanía que reclama la paz.
El jefe de Estado
vecino destacó al afirmar: “Llegó la hora de vivir sin guerra”.
El despeje
Se acordó
habilitar 23 zonas de despeje y 8 campamentos, donde no habrá presencia de
civiles ni armas. Si se presenta alguna eventualidad, bajo los protocolos firmados,
se solicitará el apoyo requerido a las autoridades que corresponda.
180 días, luego
de firmados los acuerdos finales, es el plazo máximo para ver concretado todos
esos aspectos plasmados en el documento conciliado, básicamente entre la
guerrilla y el Gobierno colombiano, pero también con el apoyo de la ONU,
Estados Unidos, países garantes como Chile y Venezuela, así como diferentes mandatarios
e instituciones que se sumaron a la iniciativa.
Los ahora
exalzados deberán ayudar en la ubicación y “descontaminación” de tantas minas
sembradas en la selva.
Santos dijo que
los responsables de crímenes atroces serán castigados, sanciones que están en
duda, sin embargo, por tratarse de otro punto no se extendió, sumado a ello
será un polémico tema que deberá aplicar la justicia transicional, conformada
por tribunales especiales creados para juzgar los delitos circunscritos a la
guerra. Los magistrados para esa tarea aún no han sido designados.
Foto: AFP |
Hay muchas
preguntas y diversos análisis. Con reparos, varios, pero no deja de ser un
histórico acuerdo, incluso avalado con su presencia por el secretario general
de la ONU, Ban Ki-moon.
Al evento también
asistieron como invitados los presidentes de República Dominicana, Danilo
Medina; Salvador Sánchez Cerén de El Salvador; y Enrique Peña Nieto de México;
al igual que los garantes de Chile Michelle Bachelet y de Venezuela Nicolás
Maduro.
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