Miguel Cardoza
San Fernando de Apure
El 31 de octubre fue sometido en su ferretería
de la avenida Intercomunal San Fernando – Biruaca el ingeniero y comerciante Roberto
Cabello. Un sobrino de su esposa que habían criado desde niño aparentó estar
secuestrado por cuatro sujetos que lo llevaron al establecimiento. Al llegar al
local “cambiaron” la víctima y huyeron en su camioneta, la cual dejaron
abandonada a pocos kilómetros.
El lunes 03 de noviembre Cabello fue
encontrado sin vida en estado de descomposición en el sector Los Pericocos. Lo
habían asesinado el mismo día que se lo llevaron y lo dejaron abandonado en una
zona llena de maleza.
Por el caso fue condenado a 26 años y 8
meses de cárcel el ciudadano José Alexander Tirado Rangel de 35 años de edad
por los delitos de sicariato, asociación para delinquir y simulación de hecho
punible. Por el caso también está imputada María del Rosario Rangel Infante
(55) quien es la madre de Tirado.
La mujer afirma que es inocente, sin
embargo, en todas las audiencias la defensa de la familia Cabello ha reiterado
que existirían elementos suficientes que la comprometen en la supuesta autoría
intelectual del crimen. El caso pasó a fase de juicio desde el pasado 08 de
abril. Se espera que se realice el sorteo respectivo para conocer a qué
tribunal le corresponderá llevar la causa. La Fiscalía 17 del Ministerio
Público del estado Apure es la encargada del caso.
Otros
implicados
Recordemos que dos hermanos, quienes
estarían involucrados, fueron abatidos tras un enfrentamiento con cuerpos de
seguridad en el municipio Achaguas y otros dos están siendo buscados por las
autoridades, ambos por ser autores materiales. Están identificados y se trabaja
minuciosamente para localizarlos. La familia ha manifestado estar agradecida
del Grupo Antiextorsión y Secuestro (Gaes-Conas), entre otros, porque han
encontrado detalles suficientes que han encaminado las averiguaciones, no
obstante, continúan teniendo sed plena de justicia.
El
dolor
Cabello dejó una esposa, dos hijos y una
hija a quienes les llegó como la peor sorpresa el hecho, jamás se imaginaron
sufrir algo similar. Están destrozados emocionalmente pero se mantienen firmes.
Su esposa está a la cabeza de las diligencias judiciales respectivas y el hijo
mayor encargándose de algunas labores comerciales que llevaba su padre. Los dos
menores estudian, mientras tratan de contrarrestar el dolor dejado por esta
pérdida irreparable.
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