Miguel Cardoza
@MiguelCardoza
San Fernnado de Apure
El Arco Minero del Orinoco es un
proyecto del Estado Venezolano con la finalidad de desarrollar el sector minero
y por el cual se suscribió un convenio firmado con la República Popular China
en el año 2012. Allí se autoriza la exploración por parte de empresas de dicho
país asiático en tierras indígenas de Bolívar, Amazonas y parte de Apure, lo
que afectaría el hábitat de pueblos originarios y el ecosistema en general.
El dirigente indígena y diputado del
estado Amazonas, Romel Edgardo Guzamana, denuncia que “el imperio chino” cada
día avanza más en estos trabajos y estarían por ingresar a la entidad llanera. El
cuestionamiento central radica en que “entregaron las tierras a los chinos pero
se desconocen las condiciones del convenio”.
El 8 de diciembre del año pasado la Coordinadora
Indígena Bolivariana acudió al Tribunal Supremo de Justicia para solicitar una
medida de amparo y se concrete el desalojo de los chinos, pero aún no ha sido
respondida. “Los permisos militares y civiles se están manejando como les da la
gana. Nicia Maldonado es la jefa y permitió que estos foráneos chinos entren a
tierras amazonenses (…) están en todo el estado y ahora vienen por Apure. Puede
haber petróleo en gran cantidad, y hay bauxita”, comentó Guzamana.
La Ley de Pueblos y Comunidades
Indígenas establece que si no hay consulta previa no se pueden entra a ningún
territorio. La Coiba asegura tener pruebas, las cuales entregaron al tribunal,
que ya han ingresado a Ayapacana, Alto Parú de Manapiare, San Fernando de
Atabapo y en las regiones adyacentes a Puerto Ayacucho.
Y no solo el ingreso de extranjeros a
buscar riquezas nacionales, destrucción del medio ambiente sino el tema
económico también es importantes destacar. El convenio establece que son 50 mil
millones de dólares pero para pagar en 50 años. “Estamos vendidos a los
chinos”, es el lamento del legislador indígena, abogando enfáticamente por
respuestas.
La justificación del acuerdo, según Guzamana, es
la necesidad del gobierno de tener dólares, debido a que ya en 2012 ya se
evidenciaba el ascenso de la inflación y la necesidad de divisas que se
incrementaría posteriormente.
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