@MiguelCardoza
San Fernando de Apure
Desde
finales de la semana pasada, luego de recibido el año nuevo, se agudizó el
problema de las colas en San Fernando así como en otras ciudades. Ante la
recurrencia de las largas filas en los establecimientos que comúnmente están
más abastecidos de los productos escasos. Los testimonios coinciden.
Los
usuarios consultados calculan que al menos dos días debe dedicar algún miembro
de las familias con varios integrantes a hacer cola, siendo esto aún más
palpables en los sectores de escasos recursos que son la gran mayoría en Apure,
según datos oficiales del INE. Muchos que no tienen tiempo o prefieren no exponerse a la situación deben
comprar los productos a los revendedores a precios elevados, aunque tampoco es
tarea fácil obtenerlos todos por esa vía.
“No
hay harina, papel higiénico, ace, jabón; mientras pasan más los días esto está
peor y lo que falta. He conseguido algunas cosas pero he tenido que ir a varios
sitios y se encuentran caros. En todos
los negocios no se consiguen, a veces hay que ir hasta Guayabal”, comentó una
ciudadana que cuestionaba que la situación persistiera.
Xiomara
Duarte lamenta el problema y manifestó su desagrado pero afirma que no tiene
otra opción que ir a los establecimientos a pernoctar por largo tiempo. “Es
bastante patético que los venezolanos estemos en esta situación cuando tenemos
un país tan rico. Esto es el día a día, para
encontrar leche, azúcar, harina, ace, papel higiénico. Ni desodorante o toallas sanitarias, que son elementales en el
aseo personal, hay en los negocios. Es horrible la situación”, exclamó la
ciudadana.
Otra
de las consultadas indicó que la dificultad es mayor y el estrés aumenta cuando
se trata de solventar necesidades de niños, porque no entienden lo que sucede. “Tengo
nietos. Las colas son desde las 2 de la madrugada y cuando uno llega, detrás de
tanta gente, ya no hay nada. Se desvía o
no llega, no sabemos”, criticó Rosa Quinto, quien no se acostumbra a
vivir de esta forma.
Dijo
que debe recorrer varios locales y agregó que va a varias colas por semana.
Para cada rubro es una fila distinta ya que no
están disponibles todos los artículos, además los días de surtido
son distintos y habitualmente se venden el primer día que son
puestos en los anaqueles. “En muchas ocasiones se pierde el tiempo. Dan números
y me toca el 500, cuando entro ya se ha terminado”, comentó Quinto mientras se
quejaba por el inclemente sol que debía soportar para poder comprar papel.
El
profesor Alexis Rojas manifestó que en su casa se reparten las
responsabilidades y como jefe de hogar a los hombres también les corresponde. Su
esposa trabaja en una escuela bolivariana y a él le ha tocado tener paciencia
para soportar sol y desplantes en esta tarea. “Hay artículos de primera necesidad como
aceite, mantequilla u otros que están desaparecidos, sino se compran a los
revendedores pero a un precio muy superior y no siempre hay plata para eso”,
manifestó Rojas.
Esta
semana funcionarios de la Guardia Nacional han incrementado la presencia en los
establecimientos con la finalidad de
evitar situaciones irregulares, como empujones y hasta golpes como ha ocurre a
diario y sumado a ello evitar cualquier situación donde los compradores se
salgan de control y puedan ocasionar daños a locales comerciales o incluso
trifulcas que se salgan de control.
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