@marlanisanchez
Ya
una semana. Ya octubre. Hace una semana me volvía un arroba excusándome con el
editor jurando en vano nuevamente, que aunque sabía que ya el rache de la
edición estaba pasado, pues igual terminaría estas líneas, que, se
sorprenderían, ve, están leyendo, y gente inteligente pá que sepan. Aún no las
termino. Pero es que ni se imaginan cómo estuvo mi pasada semana. Ni se
imaginan.
Ya
una semana. Ya octubre. Tan rápido pasa el tiempo que he tenido a las canas
como prioridad por estos días, he tomado una decisión con respecto a ellas; voy
a "matizarlas", sí, con un champú, no voy a teñirme nada, al menos no
por ahora, lo siento. Tengo la convicción de que puedo llegar a ser del 0,02%
de las mujeres a las que les luce (ah no, ellos canosos son todo un atraco).
Tan rápido pasa el tiempo que ya coló el café, tan rápido que tengo que
cortarme las uñas otra vez, tan rápido que ya llegaron toditos de la playa, tan
rápido que se oye una gaita, tan rápido que ya puedo sentir el nudo en la
garganta y que el corazón se me salta, tan rápido que ya vienen los aguinaldos,
tan rápido que ¿Ya los deben? Tan rápido que...¿Aquello es un barco? Hasta aquí
son líneas nuevas, de este jueves, pero como aunque lo disimulo muy bien, no
soy una erudita, como aunque bien lo parece, no soy brillante, y como las
ideas, al igual que el Acetaminofen, están medio escasas por estos tiempos, no
voy a dejar perder lo que había ya hecho el jueves pasado. Era algo como así: Que
"las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir,
y se terminan sin saber lo que se ha dicho". Entonces según Rousseau,
esto, esto, es exactamente una carta de amor. Créanme.
Nada,
me encuentro en otra carrera contra el rache de edición, pero esta vez, este
jueves, le he dado muchas páginas de ventaja, creo que puede ganarme.
(Efectivamente me ganó. Este paréntesis es de este jueves).
El
otro jueves había escrito esto, en crudo: Si quieres ver el arcoiris, tienes
que soportar la tormenta. No importa los pasos que des sino las huellas que
dejes. Que no hagas las cosas para que tu presencia se sienta sino para que tu
ausencia se note. Que cuando te digan no puedes hacerlo diles mira cómo lo
hago. (Para referir frases que ya están tan trilladas que por favor, háganle un
cariño a la humanidad y ya dejen de repetirlas. Este paréntesis también es de
este jueves).
El
87% de los hombres desea sexualmente a la mejor amiga de su novia.
Nunca
antes nadie había violado mi intimidad tanto como ese perro. Porque, ve,
dificulto cosa que la deje a una más en la intemperie, que la deje a una más
vulnerable, más desnuda; que todo el mundo vea tu basura (hablo en sentido
estrictamente literal). Tu basura. ¿Realmente existe cosa más íntima que tu
basura? ¿Saben todo lo que puede revelar de uno que sepan cuál es tu basura? Y
es que ¡Cada basurita es una gran historia!
Bueno
colgué la basura, bien arriba, y vino ese perro, y la regó, toda, ¡Mi basura
completa desparramada por el suelo! Dioos. ¿Quién la habrá visto? ¿Quién ahora
sabe qué es basura para mí y qué no? ¿Quién conoce ahora la basura mía?
Nuevamente
me han decepcionado. Pero jamás una me había dolido tanto como esta; ha sido
ese entrenador. No me importa si me lee, él no creo, pero otros entrenados por
él sí, estoy segura, vayan y le dicen, no me importa, llévenle el periódico, no
me importa, a él tampoco le importó dejarme así con esos 40 kilos de peso
libre, a pesar de haberle dicho que no me soltara la barra, y lo hizo, había
espectadores y le importó más lucirse que evitarme una lesión, los años que
tengo en eso evitaron que ocurriera tal cosa, mi experiencia en esa área en la
que presumo -sin temor a equivocarme- de dominar casi perfectamente lo evitó,
pero eso, mi experiencia, no él. Aún estoy enguayabada, lo juro, esta vez no
vulnero el mandamiento. Pero nada, sé muy bien qué hacer, y mírenme a los ojos:
No vuelve a pasarme. (Esto también es de este jueves).
Por
cierto me sentí la mejor comentarista deportiva del mundo cuando tuve que leer
el siguiente análisis de la pelea de la semana pasada (recuerden que estoy
entremezclando refrito): "Boxeo: La
pegada será la principal arma de Maidana ante Mayweather". ¿Verdad? ¡No me
digan! Psssss.
¿Y
entonces? ¿Les llovió en la playita? Pocas cosas se me hacen tan
incomprensibles e insoportables como estar en la playa y que llueva, lo he
vivido, una vez me pasó, pero le recé a la Virgen de la Guadalupe, patrona de
México, era la que tenía más cerca, y me escuchó...
¿Ya
llegaron de la playita, verdad? Bueno, ahora le toca al pueblo...
Todos
hablan de los productos de la cesta básica, o de la canasta básica, todos
mientan la harina, la leche, el aceite, la mantequilla, que si toallas
sanitarias, y en el mismo orden de ideas hasta afeitadoras. Esto último (lo de
las afeitadoras) -a mi juicio- una verdadera calamidad, y siendo exageraditos
pero ni tanto tampoco; hasta asunto de salud pública, de caridad pues, de
respeto. ¡Respeten! ¡Aféitense!
Pero
en realidad -salvo lo de la afeitadora- a mí eso poco me importa, no así, y
vengo denunciándolo desde hace considerable tiempo, con la escasez de
fundamentales e imprescindibles rubros...¿A dónde fueron a parar el sentido
común y la lógica? ¿Quién sabe por dónde se fuga la sinceridad y la honestidad?
¿Qué instrumento vamos a emplear para castigar a los contrabandistas de
lealtad? ¿Por qué tenemos que pagar un precio tan caro por tan complejos y al
tiempo simples elementos sin los cuales vamos rumbo a la autodestrucción
segura? ¿Qué importa con qué rellenas la arepa si no tienes con quién
compartirla? ¿Qué caso tiene el banquete sin una bonita sobremesa? ¿Cómo
detenemos la zafra de habla y la ausencia de escucha? ¿Cómo bajamos las
coloradas cifras de escuchar para responder en lugar de para comprender? ¿Qué
importa el cemento cuando lo que quieres es aniquilar jardines? ¿Para qué
Acetaminofen si nadie quiere estar contigo cuando lo necesitas? ¿Para qué el
Acetaminofen si no tienes quien te lo pase en la madrugada? ¿En qué momento
permitimos que los hechos asesinaran las más hermosas palabras? ¿Cuándo el
"te amo" se convirtió en el nuevo "hola", en el nuevo
"chao"? ¿Cuándo nos volvimos así de temerarios? ¿Cuándo permitimos
que el egoísmo cantara victoria? ¿Quién apuesta conmigo a los buenos? ¿Quién
apuesta conmigo a la mayoría buena gente? ¿Quién cree que los buenos siempre
van a ganar? ¿Quién también cree que el héroe siempre será más que el villano?
¿Quién David? ¿Quién Goliat? ¿Quién chicha y quién limonada? ¿Quién Batman y
quién Robin? (Ya me estaba poniendo muy cursi, no encontré otra manera de
cortar, ay que pena con ustedes).
De
lo de los perros Pitbull no quiero hablar. Del chikungunya, de verdad tampoco,
lo que sí es que ¡Zancudo que veo es zancudo muerto! Claro que si me ayudan con
unas fumigaciones y/o abatizaciones, ahh, eso sería genial...
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