miércoles, 1 de octubre de 2014

¡Zancudo que veo es zancudo muerto! por Marlani Sánchez

Marlani Sánchez
 @marlanisanchez

Ya una semana. Ya octubre. Hace una semana me volvía un arroba excusándome con el editor jurando en vano nuevamente, que aunque sabía que ya el rache de la edición estaba pasado, pues igual terminaría estas líneas, que, se sorprenderían, ve, están leyendo, y gente inteligente pá que sepan. Aún no las termino. Pero es que ni se imaginan cómo estuvo mi pasada semana. Ni se imaginan.
Ya una semana. Ya octubre. Tan rápido pasa el tiempo que he tenido a las canas como prioridad por estos días, he tomado una decisión con respecto a ellas; voy a "matizarlas", sí, con un champú, no voy a teñirme nada, al menos no por ahora, lo siento. Tengo la convicción de que puedo llegar a ser del 0,02% de las mujeres a las que les luce (ah no, ellos canosos son todo un atraco). Tan rápido pasa el tiempo que ya coló el café, tan rápido que tengo que cortarme las uñas otra vez, tan rápido que ya llegaron toditos de la playa, tan rápido que se oye una gaita, tan rápido que ya puedo sentir el nudo en la garganta y que el corazón se me salta, tan rápido que ya vienen los aguinaldos, tan rápido que ¿Ya los deben? Tan rápido que...¿Aquello es un barco? Hasta aquí son líneas nuevas, de este jueves, pero como aunque lo disimulo muy bien, no soy una erudita, como aunque bien lo parece, no soy brillante, y como las ideas, al igual que el Acetaminofen, están medio escasas por estos tiempos, no voy a dejar perder lo que había ya hecho el jueves pasado. Era algo como así: Que "las cartas de amor se escriben empezando sin saber lo que se va a decir, y se terminan sin saber lo que se ha dicho". Entonces según Rousseau, esto, esto, es exactamente una carta de amor. Créanme.
Nada, me encuentro en otra carrera contra el rache de edición, pero esta vez, este jueves, le he dado muchas páginas de ventaja, creo que puede ganarme. (Efectivamente me ganó. Este paréntesis es de este jueves).
El otro jueves había escrito esto, en crudo: Si quieres ver el arcoiris, tienes que soportar la tormenta. No importa los pasos que des sino las huellas que dejes. Que no hagas las cosas para que tu presencia se sienta sino para que tu ausencia se note. Que cuando te digan no puedes hacerlo diles mira cómo lo hago. (Para referir frases que ya están tan trilladas que por favor, háganle un cariño a la humanidad y ya dejen de repetirlas. Este paréntesis también es de este jueves).
El 87% de los hombres desea sexualmente a la mejor amiga de su novia.
Nunca antes nadie había violado mi intimidad tanto como ese perro. Porque, ve, dificulto cosa que la deje a una más en la intemperie, que la deje a una más vulnerable, más desnuda; que todo el mundo vea tu basura (hablo en sentido estrictamente literal). Tu basura. ¿Realmente existe cosa más íntima que tu basura? ¿Saben todo lo que puede revelar de uno que sepan cuál es tu basura? Y es que ¡Cada basurita es una gran historia!
Bueno colgué la basura, bien arriba, y vino ese perro, y la regó, toda, ¡Mi basura completa desparramada por el suelo! Dioos. ¿Quién la habrá visto? ¿Quién ahora sabe qué es basura para mí y qué no? ¿Quién conoce ahora la basura mía?
Nuevamente me han decepcionado. Pero jamás una me había dolido tanto como esta; ha sido ese entrenador. No me importa si me lee, él no creo, pero otros entrenados por él sí, estoy segura, vayan y le dicen, no me importa, llévenle el periódico, no me importa, a él tampoco le importó dejarme así con esos 40 kilos de peso libre, a pesar de haberle dicho que no me soltara la barra, y lo hizo, había espectadores y le importó más lucirse que evitarme una lesión, los años que tengo en eso evitaron que ocurriera tal cosa, mi experiencia en esa área en la que presumo -sin temor a equivocarme- de dominar casi perfectamente lo evitó, pero eso, mi experiencia, no él. Aún estoy enguayabada, lo juro, esta vez no vulnero el mandamiento. Pero nada, sé muy bien qué hacer, y mírenme a los ojos: No vuelve a pasarme. (Esto también es de este jueves).
Por cierto me sentí la mejor comentarista deportiva del mundo cuando tuve que leer el siguiente análisis de la pelea de la semana pasada (recuerden que estoy entremezclando refrito):  "Boxeo: La pegada será la principal arma de Maidana ante Mayweather". ¿Verdad? ¡No me digan! Psssss. 
¿Y entonces? ¿Les llovió en la playita? Pocas cosas se me hacen tan incomprensibles e insoportables como estar en la playa y que llueva, lo he vivido, una vez me pasó, pero le recé a la Virgen de la Guadalupe, patrona de México, era la que tenía más cerca, y me escuchó...
¿Ya llegaron de la playita, verdad? Bueno, ahora le toca al pueblo...
Todos hablan de los productos de la cesta básica, o de la canasta básica, todos mientan la harina, la leche, el aceite, la mantequilla, que si toallas sanitarias, y en el mismo orden de ideas hasta afeitadoras. Esto último (lo de las afeitadoras) -a mi juicio- una verdadera calamidad, y siendo exageraditos pero ni tanto tampoco; hasta asunto de salud pública, de caridad pues, de respeto. ¡Respeten! ¡Aféitense!
Pero en realidad -salvo lo de la afeitadora- a mí eso poco me importa, no así, y vengo denunciándolo desde hace considerable tiempo, con la escasez de fundamentales e imprescindibles rubros...¿A dónde fueron a parar el sentido común y la lógica? ¿Quién sabe por dónde se fuga la sinceridad y la honestidad? ¿Qué instrumento vamos a emplear para castigar a los contrabandistas de lealtad? ¿Por qué tenemos que pagar un precio tan caro por tan complejos y al tiempo simples elementos sin los cuales vamos rumbo a la autodestrucción segura? ¿Qué importa con qué rellenas la arepa si no tienes con quién compartirla? ¿Qué caso tiene el banquete sin una bonita sobremesa? ¿Cómo detenemos la zafra de habla y la ausencia de escucha? ¿Cómo bajamos las coloradas cifras de escuchar para responder en lugar de para comprender? ¿Qué importa el cemento cuando lo que quieres es aniquilar jardines? ¿Para qué Acetaminofen si nadie quiere estar contigo cuando lo necesitas? ¿Para qué el Acetaminofen si no tienes quien te lo pase en la madrugada? ¿En qué momento permitimos que los hechos asesinaran las más hermosas palabras? ¿Cuándo el "te amo" se convirtió en el nuevo "hola", en el nuevo "chao"? ¿Cuándo nos volvimos así de temerarios? ¿Cuándo permitimos que el egoísmo cantara victoria? ¿Quién apuesta conmigo a los buenos? ¿Quién apuesta conmigo a la mayoría buena gente? ¿Quién cree que los buenos siempre van a ganar? ¿Quién también cree que el héroe siempre será más que el villano? ¿Quién David? ¿Quién Goliat? ¿Quién chicha y quién limonada? ¿Quién Batman y quién Robin? (Ya me estaba poniendo muy cursi, no encontré otra manera de cortar, ay que pena con ustedes). 

De lo de los perros Pitbull no quiero hablar. Del chikungunya, de verdad tampoco, lo que sí es que ¡Zancudo que veo es zancudo muerto! Claro que si me ayudan con unas fumigaciones y/o abatizaciones, ahh, eso sería genial...

No hay comentarios: