@marlanisanchez
Sí,
claro que me tomé una que otra fría. Sí, comí carne asada. Bueno, también pavón
con olor a leña y a hoja de topocho. Curito, no. Y el chiguire, me encanta
verlo tranquilito, tan bonito en la sabana. Fui jurado en un concurso de baile
(¿no les he dicho que me mata ver bailar, verdad?). Además me gané 150
bolívares alzándome con el primer lugar en un concurso de canto; me fui con el
"Carrao, carrao", de nuestra Reina Lucero. Sí, ya la he cantado
muchas veces (no solo soy una escritora frustrada, también soy una cantante
frustrada, pero gané, y hey, éramos cinco participantes en el renglón femenino.
Jamás había ganado un concurso de canto, y, epa, en Apure, entre apureñas, y
música llanera pues).
Me
deleité con uno de mis vicios: La fotografía. Y es que cada rincón de estas
pampas, definitivamente, es una hermosa fotografía. Estuve sabroso llano
adentro. Respiré. Me achinchorré. No me bañé ahí porque el pánico que le tengo
a las rayas y a los cocodrilos créanme que es nada normal, dijeran aquí mismo
"pá llá no llego", cobardísima. No no no, ningunos babos, para mí
siempre serán cocodrilos.
Anduve
por los mismos correríos de Gallegos, y un poquito más allá. Vi por primera vez
en mi vida una Zaranda, y bailando. Vi adultos jugar perinola, trompo y metras;
aprendí que las metras se lanzan tipo "caracol" y "pepo";
en el "caracol" se ponían la metra entre los dedos pulgar y medio, y
en el caso de "pepo" la ubicaban en el índice acurrucado y la
disparaban con el pulgar (sí, está es una manera encantadora, la única, de
disparar metras) y también que se juega "rayo" o
"huequito". Volé papagayo, Diooos años queriendo volver a hacerlo,
sí, los recuerdos de mi infancia volándolos con mi papá en el Paseo del Lago,
hoy Vereda del Lago, se me vinieron. Olí a bosta. La pisé también, que “eso es
real”, me dijeron. Vi quizás los abrazos más sentidos; los que los matapalos se
la pasan dándole a las palmas, ¿Ellas? Ellas se dejan encantadas ofreciéndonos
un hermoso espectáculo, para deleitarnos la retina, y el alma. No existe rosa como
la flor de bora, del mismo color del Nazareno, no hay sol como el de los
venados, y no existe cielo tan divinamente estrellado como el de estas pampas.
Apure,
adorable tierra plana fue uno de los principales destinos de esta Semana Santa,
testigos fueron las gasolineras y el Terminal.
El
Ministro para la Cultura estuvo por aquí y entregó el certificado que declara a
las fiestas populares y a la imagen del Nazareno de Achaguas Patrimonio Cultural
de la Nación, en la categoría de Bien de Interés Cultural.
El
Nazareno con el que yo conversé esta Semana Santa no mide de 1,80 metros de
alto y la cruz que sostenía no era de 2,70 metros de largo, pero era tan
hermoso y tan milagroso...era el mismo.
Sopa.
No me gusta ni el arroz con leche ni el dulce de lechosa, el dulce de leche sí,
y el de ciruela también. Sí claro, también fui a misa, y tengo varias cruces de
palmas benditas. Olí a sahumerio y me cayeron dos gotas de agua bendita, más
que suficiente.
¿Ya
terminó la Semana Santa verdad? ¿Entonces ya puedo retomar mi terrenal
egocentrismo? Ok. La de la foto soy yo…
…Aquí,
se nos antoja ponernos seriamente mundanos. Es que eso de "quedarse
pegado", oye, vean, un sui generis mito. ¿No? Bueno, que dicen que por
esos días santos la abstinencia debe ir más allá de la ley seca...exacto,
dizque se queda uno pegao...bueno yo le puse pausa a la lectura de "50
Sombras de Grey"...hasta ahí...juro que escribo esto en una sola pieza,
individual, yo y solo yo pues...mea culpa.
Ahora,
lo de "quebrar la olla", oye, vean, de eso había oído algo, pero esta
vez, y solo luego de varias consultas, comprendí lo mundanos que somos; la
historia narra es algo así: "Las mujeres juegan la zaranda y el hombre con
el trompo le tira a romperla y, si él la parte, se sugiere con sorna un pacto
para quebrar la olla (...) El domingo de resurrección se acostumbraba romper la
olla. Después de una semana sin comer carne, ese día se hacía un sancocho zurdo
que contenía carne salada de res, cerdo, coporo y gallina criolla, plátano, yuca,
ñame y bastante condimento"...¿nosotros? Ah no, ¡tan pecadores! para
nosotros romper la olla es romper la abstinencia que hacemos creer al resto de
los mortales que hemos guardado...
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