Las paredes de Guasdualito están grafitadas con frases que reivindican la muerte de tres hombres de ese pueblo apureño fronterizo con Colombia.
Los fallecidos son Juan Carlos Garrido Farías (23), su tío Javier Omar Garrido (40) y Edinson Javier López Rivas (20). Fueron velados en la Plaza Bolívar de Guasdualito, ritual organizado por sus compañeros de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, entre otros grupos simpatizantes del presidente Hugo Chávez.
Los tres hombres murieron en la madrugada del 22 de noviembre en la reserva de San Camilo del Alto Apure durante un operativo militar. El Ministerio de la Defensa presentó el hecho como "un enfrentamiento"; grupos locales afectos a Chávez lo califican de "masacre"; el párroco de Guasdualito dijo que "fue una emboscada"; mientras que el alcalde del Distrito Alto Apure, Jorge Rodríguez, justificó el asunto al decir que "a quien hierro mata no puede morir a sombrerazos".
Pero en las paredes de Guasdualito también hay otras opiniones. "No eran cuatreros, eran revolucionarios", dice una de las pintas que nadie firma, replicando así al comunicado del Min-Defensa que catalogaba al grupo embestido como ladrones de ganado.
En otra pinta se pudo leer: "Seldeño, asesino", aludiendo al coronel Ángel Seldeño, militar que dirigió la operación donde murieron los tres hombres, cuatro resultaron heridos y hubo tres detenidos.
El botín disputado. Aunque recogimos varias lecturas de los hechos ocurridos en San Camilo, la mayoría de los consultados coinciden en señalar que por primera vez el Gobierno interviene para frenar el cobro de vacunas a los 1.500 agroproductores y 2 mil comerciantes del Alto Apure según cifras extraoficiales.
Jugoso botín disputado por cuatro grupos que operan por esas sabanas y que en voz baja todos lo dicen con todas sus letras: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Ejército de Liberación Nacional (ELN), ambas del vecino país; mientras de este lado, las Fuerzas Bolivarianas de Liberación y su "hermana", la Fuerza Popular de Liberación Nacional (Fpln).
"Las únicas Fuerzas Armadas que reconocemos son las Fuerzas Armadas Nacionales", dijo Solfredy Solórzano, delegado del gobernador Ramón Carrizales en el Alto Apure, a quien le parece que esos otros grupos "se pusieron al margen de la ley".
Solórzano nos recibe en la Oficina Delegada del Gobierno Regional, una vieja casona remodelada ubicada frente a la Plaza Bolívar de Guasdualito, a dos cuadras de la casa donde tiene su sede la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, grupo al que pertenecían las víctimas fatales.
Para Solórzano, las cosas están claras: "Se había arreciado el robo de ganado y esto que sucedió (el trío de muertos en San Camilo) es el inicio de la toma del control por parte del Gobierno en esta zona. Sacrifican el ganado aquí y se lo llevan a Colombia".
Y aunque no abunda en esos planes, dice con voz calmada y en tono bajito: "Ya el Gobierno tomó una decisión". Para ejemplificar la acción de los "cuatreros" (ladrones de ganado), refirió que del Hato Campo Alegre, cercano a Elorza, se llevaron en varias tandas 20 mil cabezas de ganado.
Solórzano censuró los grafitis contra Seldeño, pues son "una falta de respeto hacia un coronel que hizo una actuación apegada a la ley".
Reclutan jóvenes. Otro que también habla de grupos irregulares cobradores de vacuna es el sacerdote jesuita Armindo González, párroco de Guasdualito. Dijo conocer "el laberinto subterráneo que atraviesa las venas de este pueblo", lo cual le lleva a reconocer "la existencia de grupos paramilitares de la vecina Colombia e irregulares internos que no tienen razón de existir".
Esos grupos "tienen hartos" tanto a los campesinos y agroproductores como a las madres del Alto Apure, denunció el padre: "Los campesinos y el sector productivo llevan años pidiendo mayor seguridad porque tienen que pagar vacuna y secuestran a sus seres queridos".
El jesuita observa que las madres también sufren porque esos grupos reclutan a sus hijos adolescentes y los llevan a entrenarse llano adentro: "Los hijos de esas madres son tentados y seducidos por estos grupos para vivir una vida entre comillas fácil".
Sobre los hechos de San Camilo, el párroco los calificó como "un primer evento de gran envergadura (entre el Gobierno y grupos irregulares) donde de alguna manera hubo consentimiento a nivel nacional para actuar así; allí no hubo un proceso de verificar si hubo de verdad un enfrentamiento".
Afirmó que "hay un vacío de información grave" que la Fuerza Armada Nacional debería subsanar. Rechazó la forma en que el Ejército actuó en San Camilo, pues se debió apelar "a la lógica de defensa de los Derechos Humanos".
El padre conversó con nosotros en el zaguán de su casa parroquial en horas de la noche. Las noches de Guasdualito lucen normales; tanto que a eso de las 10 pm un grupo de muchachos jugaba fútbol en una plaza del pueblo, los puestos de perros calientes estaban atestados, alguna que otra rocola sonaba en un barcito mientras que dos vehículos Tiuna con armas largas adheridas al capó patrullaban.
Las patrullas militares pertenecen a la 92ª Brigada de Caribes que actuó en los hechos de San Camilo. Su jefe, el general Franklin Bulmez, no nos pudo recibir, "porque deben solicitar por escrito la audiencia", según dijo un militar apostado a la entrada del fuerte castrense donde hay una gran valla que dice: "Epicentro revolucionario de la lucha socialista y antiimperialista en los llanos venezolanos".
Los fallecidos son Juan Carlos Garrido Farías (23), su tío Javier Omar Garrido (40) y Edinson Javier López Rivas (20). Fueron velados en la Plaza Bolívar de Guasdualito, ritual organizado por sus compañeros de la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, entre otros grupos simpatizantes del presidente Hugo Chávez.
Los tres hombres murieron en la madrugada del 22 de noviembre en la reserva de San Camilo del Alto Apure durante un operativo militar. El Ministerio de la Defensa presentó el hecho como "un enfrentamiento"; grupos locales afectos a Chávez lo califican de "masacre"; el párroco de Guasdualito dijo que "fue una emboscada"; mientras que el alcalde del Distrito Alto Apure, Jorge Rodríguez, justificó el asunto al decir que "a quien hierro mata no puede morir a sombrerazos".
Pero en las paredes de Guasdualito también hay otras opiniones. "No eran cuatreros, eran revolucionarios", dice una de las pintas que nadie firma, replicando así al comunicado del Min-Defensa que catalogaba al grupo embestido como ladrones de ganado.
En otra pinta se pudo leer: "Seldeño, asesino", aludiendo al coronel Ángel Seldeño, militar que dirigió la operación donde murieron los tres hombres, cuatro resultaron heridos y hubo tres detenidos.
El botín disputado. Aunque recogimos varias lecturas de los hechos ocurridos en San Camilo, la mayoría de los consultados coinciden en señalar que por primera vez el Gobierno interviene para frenar el cobro de vacunas a los 1.500 agroproductores y 2 mil comerciantes del Alto Apure según cifras extraoficiales.
Jugoso botín disputado por cuatro grupos que operan por esas sabanas y que en voz baja todos lo dicen con todas sus letras: Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (Farc), Ejército de Liberación Nacional (ELN), ambas del vecino país; mientras de este lado, las Fuerzas Bolivarianas de Liberación y su "hermana", la Fuerza Popular de Liberación Nacional (Fpln).
"Las únicas Fuerzas Armadas que reconocemos son las Fuerzas Armadas Nacionales", dijo Solfredy Solórzano, delegado del gobernador Ramón Carrizales en el Alto Apure, a quien le parece que esos otros grupos "se pusieron al margen de la ley".
Solórzano nos recibe en la Oficina Delegada del Gobierno Regional, una vieja casona remodelada ubicada frente a la Plaza Bolívar de Guasdualito, a dos cuadras de la casa donde tiene su sede la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora, grupo al que pertenecían las víctimas fatales.
Para Solórzano, las cosas están claras: "Se había arreciado el robo de ganado y esto que sucedió (el trío de muertos en San Camilo) es el inicio de la toma del control por parte del Gobierno en esta zona. Sacrifican el ganado aquí y se lo llevan a Colombia".
Y aunque no abunda en esos planes, dice con voz calmada y en tono bajito: "Ya el Gobierno tomó una decisión". Para ejemplificar la acción de los "cuatreros" (ladrones de ganado), refirió que del Hato Campo Alegre, cercano a Elorza, se llevaron en varias tandas 20 mil cabezas de ganado.
Solórzano censuró los grafitis contra Seldeño, pues son "una falta de respeto hacia un coronel que hizo una actuación apegada a la ley".
Reclutan jóvenes. Otro que también habla de grupos irregulares cobradores de vacuna es el sacerdote jesuita Armindo González, párroco de Guasdualito. Dijo conocer "el laberinto subterráneo que atraviesa las venas de este pueblo", lo cual le lleva a reconocer "la existencia de grupos paramilitares de la vecina Colombia e irregulares internos que no tienen razón de existir".
Esos grupos "tienen hartos" tanto a los campesinos y agroproductores como a las madres del Alto Apure, denunció el padre: "Los campesinos y el sector productivo llevan años pidiendo mayor seguridad porque tienen que pagar vacuna y secuestran a sus seres queridos".
El jesuita observa que las madres también sufren porque esos grupos reclutan a sus hijos adolescentes y los llevan a entrenarse llano adentro: "Los hijos de esas madres son tentados y seducidos por estos grupos para vivir una vida entre comillas fácil".
Sobre los hechos de San Camilo, el párroco los calificó como "un primer evento de gran envergadura (entre el Gobierno y grupos irregulares) donde de alguna manera hubo consentimiento a nivel nacional para actuar así; allí no hubo un proceso de verificar si hubo de verdad un enfrentamiento".
Afirmó que "hay un vacío de información grave" que la Fuerza Armada Nacional debería subsanar. Rechazó la forma en que el Ejército actuó en San Camilo, pues se debió apelar "a la lógica de defensa de los Derechos Humanos".
El padre conversó con nosotros en el zaguán de su casa parroquial en horas de la noche. Las noches de Guasdualito lucen normales; tanto que a eso de las 10 pm un grupo de muchachos jugaba fútbol en una plaza del pueblo, los puestos de perros calientes estaban atestados, alguna que otra rocola sonaba en un barcito mientras que dos vehículos Tiuna con armas largas adheridas al capó patrullaban.
Las patrullas militares pertenecen a la 92ª Brigada de Caribes que actuó en los hechos de San Camilo. Su jefe, el general Franklin Bulmez, no nos pudo recibir, "porque deben solicitar por escrito la audiencia", según dijo un militar apostado a la entrada del fuerte castrense donde hay una gran valla que dice: "Epicentro revolucionario de la lucha socialista y antiimperialista en los llanos venezolanos".
"Tenían un dominio político-militar"
Con un lenguaje similar al observado en los grafitis pintados en varias paredes de Guasdualito, la Corriente Revolucionaria Bolívar y Zamora lanzó un escrito para repudiar la muerte de sus tres compañeros.
"Los compañeros abatidos no eran delincuentes, ni contrabandistas ni ladrones de ganado; eran militantes sociales y revolucionarios". Luego en una rueda de prensa dijeron que desde hacía 15 años ese grupo de personas fallecidas tenían un "dominio político-militar" del Alto Apure. En esa rueda de prensa, Braulio Márquez, vocero del sector campesino, acusó al coronel Ángel Saldeño de ser cabecilla del ELN en Venezuela y liderar el contrabando de combustible, madera y ganado.
Le echó en cara al coronel una supuesta protección al citado grupo armado colombiano: "Cómo no hizo nada cuando nosotros le dimos las coordenadas donde estaba el 'Comandante Carlos', 'Banana' y 'Machetazo', donde estaba todo ese grupo de comandantes invadiendo el territorio venezolano con más de 200 efectivos combatientes del ELN tratando de generar una retaguardia en Venezuela para delinquir y contrabandear en conjunto con usted".
"Los compañeros abatidos no eran delincuentes, ni contrabandistas ni ladrones de ganado; eran militantes sociales y revolucionarios". Luego en una rueda de prensa dijeron que desde hacía 15 años ese grupo de personas fallecidas tenían un "dominio político-militar" del Alto Apure. En esa rueda de prensa, Braulio Márquez, vocero del sector campesino, acusó al coronel Ángel Saldeño de ser cabecilla del ELN en Venezuela y liderar el contrabando de combustible, madera y ganado.
Le echó en cara al coronel una supuesta protección al citado grupo armado colombiano: "Cómo no hizo nada cuando nosotros le dimos las coordenadas donde estaba el 'Comandante Carlos', 'Banana' y 'Machetazo', donde estaba todo ese grupo de comandantes invadiendo el territorio venezolano con más de 200 efectivos combatientes del ELN tratando de generar una retaguardia en Venezuela para delinquir y contrabandear en conjunto con usted".
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