Con motivo del Día Mundial del Ictus o
también llamada enfermedad cerebro vascular periférica o accidente cerebro
vascular, el Dr. Pedro Aguiar, cardiólogo intervencionista de la Clínica La Floresta y adjunto de la Unidad de Hemodinamia del Hospital Miguel Pérez Carreño compartió una serie
de recomendaciones necesarias a la hora de afrontar la repentina aparición de
un ACV.
“Lo primero que tenemos que tener en
cuenta es que un Ictus o ACV ocurre generalmente cuando se detiene el flujo
sanguíneo que va al cerebro, bien sea por la producción de un coágulo que
bloquea un vaso sanguíneo en el cerebro o por la ruptura de un vaso sanguíneo
que sangra hacia dentro del cerebro. En este caso, se estaría hablando de un
ataque cerebral isquémico o de un ataque cerebral hemorrágico”, aclara Aguiar.
La incidencia de la isquemia cerebral afecta aproximadamente a un 80 – 85% de
los casos y entre un 15 y 20% son por ataque cerebral hemorrágico.
En Venezuela, según el Anuario de
Mortalidad del año 2011, publicado en enero de 2014 por el Ministerio del Poder
Popular para la Salud, fallecieron por Enfermedades Cerebrovasculares un total
de 11.052 personas (5547 hombres y 5505 mujeres, de los cuales 352 hombres y
292 mujeres eras menores de 45 años, en etapa productiva). Y por si fuera poco,
se calcula que alrededor de 20.000 personas quedan discapacitadas anualmente a
causa de un ACV. En este sentido, el Dr. Pedro Aguiar destaca que la población
debe hacer mayor énfasis en la prevención de la enfermedad, familiarizarse con
los síntomas para procurar una atención temprana.
“Observamos con preocupación cómo las
cifras de incidencia incrementan cada vez más. En Venezuela se ha registrado
como la tercera causa de mortalidad luego de las enfermedades del corazón y el
cáncer, representando el 7,73% por ciento de las muertes totales del año 2011.
Allí, es cuando vemos que la ocurrencia está estrechamente relacionada a la
hipertensión arterial. Pero si vamos más allá, ésta es consecuencia directa, en
muchos casos, de una serie de factores de riesgo cardiovascular como lo son el
sedentarismo, la obesidad, la diabetes, el tabaquismo y la dislipidemia”,
advierte Aguiar.
Atentos
a los síntomas
Como prevención, hay que tener muy bien
identificados cuáles son los síntomas. Estos son: adormecimiento de una parte
del cuerpo (que puede ser la mitad de la cara, un brazo o una pierna), pérdida
de la fuerza muscular en algún miembro (sea leve, moderado o severo), hormigueo
en las manos o en los pies, desviación de rasgos faciales (parálisis facial), dificultad
para caminar o pérdidas del equilibrio y la coordinación. Así mismo, problemas
para hablar y comprender o incapacidad de expresarse (pesadez en la lengua),
fuertes dolores de cabeza (más intensos que una migraña corriente) y pérdida
total o parcial de la visión.
Ante estas manifestaciones, el galeno
recomienda brindar primeros auxilios especialmente en las primeras 4 horas.
Mientras más rápido sea trasladado el paciente a un centro de atención
sanitaria, tendrá muchas más posibilidades de recuperación y de que las
secuelas sean menores e incluso se evite la muerte.
Aguiar sugiere evitar, a toda costa, que
la persona se quede dormida. Si se encuentra acostada, se debe colocar con la
cara hacia un lado para que no se ahogue. De ninguna manera se deben
suministrar fármacos que puedan bajar la presión.
¿Cómo
evitar un Ictus o ACV?
Al respecto Aguiar dio 5 recomendaciones
básicas. La primera es realizar ejercicio físico. “La inactividad es asociada
con problemas de peso, colesterol e hipertensión. Estar en buena condición
física es ganar en salud”, comentó. Sugiere controlar la presión arterial y la
glucosa. “Como son el principal factor de riesgo cuando nos referimos al Ictus,
hace que aumente el riesgo de padecerlo y puede hacer que sea más severo y extenso”,
dijo.
En tercer lugar exhorta a dejar de fumar
porque el tabaco no sólo duplica el riesgo de Ictus, sino que puede adelantarlo
diez años. Como cuarto punto insta a conocer los niveles de colesterol, ya que
pueden causar la creación de placa arterioesclerótica, lo cual provoca la
obstrucción de las arterias que llevan la sangre al cerebro. Por último
aconseja permanecer atentos. “Es vital detectar las señales que nos envía
nuestro cuerpo si nuestro cerebro no está recibiendo oxígeno suficiente”, dijo.
Se calcula que de cada 10
personas hipertensas 6 tendrán un evento vascular en algún momento de su vida. Quienes
padecen de fibrilación auricular, tienen un riesgo 4 ó 5 veces mayor de sufrir
ictus, que quienes tienen un ritmo cardíaco normal.
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